que parece la Tierra a vista de astronauta; no por las flores de huracán que giran sobre su curvatura acristalada (…) ni tan siquiera por el ser humano, es la Tierra la esfera soberana. Es por el relicario en que la convirtió tu carne santa. En la insondable vastedad del Cosmos, brillante, nacarada, joyel del Universo, la Tierra es el sagrario que Te guarda.
Daniel Cotta
Gabriel Fauré: 'Cantique de Jean Racine'
Fauré compuso esta pequeña joya a los diecinueve años. Versa sobre el amor de Dios por su Creación. Destaca por su sencillez, pureza y espiritualidad.
El himno Rorate caeli (palabras latinas que inician y dan nombre a un antiguo introito gregoriano), es considerado como una de las más bellas y sublimes composiciones no solo de Adviento, sino de todo el repertorio litúrgico de la historia del cristianismo. Sus versos vienen del libro del profeta Isaías (45, 8), en los que se suplica:
“¡Que los cielos, desde las alturas, derramen su rocío; que las nubes hagan llover la victoria; ábrase la tierra y brote la felicidad y, al mismo tiempo, ella haga germinar la justicia! Soy yo, el Señor, la causa de todo eso”.
El estribillo "Rorate cæli desuper, te nubes pluant iustum" se intercala con estrofas formadas por pasajes bíblicos utilizados en la liturgia del Adviento. Las tres primeras son de plegaria y admonición. La cuarta y última estrofa comprende un mensaje esperanzado de consuelo y ayuda divina.
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Rorate caeli desuper, et nubes pluant iustum.
Rorate caeli desuper, et nubes pluant iustum.
1. Ne irascaris Domine, ne ultra memineris iniquitatis:
ecce civitas Sancti facta est deserta:
Sion deserta facta est: Jerusalem desolata est:
domus sanctificationis tuae et gloriae tuae,
ubi laudaverunt te patres nostri.
Rorate caeli desuper, et nubes pluant iustum.
2. Peccavimus, et facti sumus tamquam immundus nos,
et cecidimus quasi folium universi:
et iniquitates nostrae quasi ventus abstulerunt nos:
abscondisti faciem tuam a nobis,
et allisisti nos in manu iniquitatis nostrae.
Rorate caeli desuper, et nubes pluant iustum.
3. Vide Domine afflictionem populi tui,
et mitte quem missurus es:
emitte Agnum dominatorem terrae,
de Petra deserti ad montem filiae Sion:
ut auferat ipse iugum captivitatis nostrae.
Rorate caeli desuper, et nubes pluant iustum.
4. Consolamini, consolamini, popule meus:
cito veniet salus tua:
quare maerore consumeris, quia innovavit te dolor?
Salvabo te, noli timere, ego enim sum Dominus Deus tuus,
Sanctus Israel, Redemptor tuus.
Rorate caeli desuper, et nubes pluant iustum.
Enviad, cielos, vuestro rocío de lo alto; y que las
nubes lluevan al Justo.
1. No te irrites, Señor, no te acuerdes más de nuestras iniquidades.
Mira que la ciudad santa está desierta:
Sión ha quedado desierta, Jerusalén está desolada,
la casa de tu santificación y de tu gloria,
en donde te alabaron nuestros padres.
2. Hemos pecado, nos hemos hecho semejantes al hombre inmundo
y hemos caído como hojas,
y nuestras maldades nos han arrebatado como el viento.
Escondiste tu faz de nosotros
y nos estrellaste en manos de nuestra iniquidad.
3. Mira, Señor, la aflicción de tu pueblo,
y envía al que has de enviar.
Envía al Cordero dominador de la tierra,
de la piedra del desierto al monte de la hija de Sión;
para que Él mismo nos quite el yugo de nuestro cautiverio.
4. Consolaos, consolaos, pueblo mío,
que pronto vendrá tu salvación.
¿Por qué te consumes de tristeza y el dolor te ha demudado?
Te salvaré; no temas, pues Yo soy tu Señor y Dios,
"El camino para alcanzar la Verdad es: primero, la humildad; segundo, la humildad; tercero, la humildad; y cuantas veces me preguntes, otras tantas te diré lo mismo".
Piña es el nombre que se da al fruto de las coníferas, gran familia botánica que hizo su aparición en la Era paleozoica, tuvo su gran esplendor durante el Mesozoico, reduciendo su importancia a lo largo del Terciario, y hoy ocupa una posición predominante en la vegetación de la Tierra. Son en general grandes árboles muy ramificados, cuyas ramas se disponen a manera de verticilos, por pisos, que en general representan un año de crecimiento.
Arte románico: Capilla Real de San Isidoro de León(Panteón de los Reyes de León).
Capitel decorado con motivos vegetales y piñas.
Se consideran un símbolo de la vida eterna, y son una evidente invocación a la inmortalidad en las decoraciones escultóricas (arte prerrománico: arte visigodo, arte mozárabe, y en el arte románico).
Un símbolo funerario con valor de eternidad, tomado de la Antigüedad greco-romana.
Reflexión desde el Evangelio de hoy con un texto de santa Teresa de Jesús
Harpa Dei: canto meditativo para este bello tiempo de Adviento que estamos comenzando. Que nuestro clamor llegue al Señor, para que vuelva pronto y renueve la faz de la Tierra: ¡VEN, SEÑOR JESÚS!
En varios idiomas: inglés, español, alemán, portugués, polaco, francés, chino mandarín.
Durante la brama de otoño los jóvenes ciervos luchan entre sí pero los viejos machos son solitarios como solitarios eran los místicos, y mientras unos descienden de las montañas a los bosques y valles para aparearse, los otros se alejan a lugares elevados. La poesía llega a veces con dificultad, muy lentamente; con la misma lentitud ascienden los viejos ciervos la montaña, deteniéndose a menudo, inclinando sus largos cuellos hacia la tierra con tal humildad y sosiego que nadie podría decir si rumian o rezan.
Diego Ignacio Muzzio
Schubert: Piano Sonata in B Flat Major, D. 960 II. Andante sostenuto
Nuestra suprema confianza en la bondad de la Providencia descansa en las flores.
«¡Qué bella puede ser una rosa!
Se levantó, cruzó junto al sofá, abrió la ventana, y sostuvo el tallo de una rosa rodeada de musgo, admirando la delicada combinación del carmesí y el verde. Esto me reveló una nueva faceta de su carácter, pues nunca le había visto mostrar el menor interés por algo concerniente a la naturaleza.
-- No hay nada en lo que la deducción sea tan necesaria como en la religión —dijo, recostándose en las contraventanas—. El razonador puede construirla como una ciencia exacta. Me parece que nuestra suprema confianza en la bondad de la Providencia descansa en las flores. Todas las demás cosas, nuestras facultades, nuestros deseos, nuestro alimento, todos son realmente necesarios para nuestra existencia en primera instancia. Pero esta rosa es algo por añadidura. Su aroma y su color son un embellecimiento de la vida, no una condición de ella. Es solo la bondad la que da algo por añadidura y por eso, repito, tenemos mucho que esperar de las flores».
Arthur Conan Doyle, El tratado naval (referido a Sherlock Holmes)
Joan Maria Thomàs (1896-1966) - Antiphona Nocturna
Marcado estoy a fuego, condenado
a decirte, a decir de ti tan sólo
los signos que derramas en tu huida
(ese árbol blanco que, a primera hora,
miré en la niebla del jardín de otro
y esa ventana sobre el emparrado…).
Poder que me escogiste desde niño,
no sé por qué necesidad oscura,
no sé con qué propósito de darte
sin darte nunca a conocer, sin nunca
darte luego del todo, para siempre
volver a darte.
Luz de tiniebla, niebla
por el jardín que encarna en lo que existe
sin coincidir con nada exactamente
de lo que existe. (Y que ese árbol blanco,
esta mañana en al jardín del otro,
volvió a llamar –qué extraño- por mi nombre).
José Mateos, Niebla en el jardín de otro
"Lo esencial en poesía es encontrar esa música que le saque a las palabras su máximo sabor y su máximo sentido. Y que esa música y esas palabras nos emocionen en lo más hondo. Vale lo mismo si eso se consigue en tres versos o en ochocientos".
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"[...] los que no tienen necesidad de poesía, de esa intensidad y de ese misterio que es la poesía, nunca podrán comprenderla. Un poema es en alguna medida una herramienta para enfocar la atención y a mí me gustaría que algún poema mío le sirviera a alguien para ver con más profundidad cualquier cosa".
Y yo soy quien salpica, con el pelo revuelto. Pongo luna en la risa, riego el sol en las pecas. Tengo el gusto de hablar con paraguas y techos en un morse que solo los poetas entienden.
Me lanzaron muy lejos, al principio de todo, una noche de ráfagas y diamantes fundidos. Pero solo en la Tierra cultivé poseidonias. Solo allí me salieron baobabs y elefantes.
He lavado las manos de Pilato y Caín. En mi lágrima flotan los muchachos ahogados. Labro el acantilado con paciencia y espuma. He amueblado las cuevas con la cristalería.
También soy la que caigo de la punta de un dedo y te mojo los labios o te inundo el ombligo. Soy quien besa en la ducha la gentil desnudez con que un día el amor te vistió al concebirte.
«Este no es el mejor de todos los mundos posibles, pero lo mejor de todo es que exista un mundo».
Gilbert Keith Chesterton (1874-1936)
Mozart: Concierto para clarinete, K 622: II. Adagio
«La flauta mágica»
Es un singspiel en dos actos con música de W. A. Mozart (Salzburgo, 1756 – Viena, 1791) y libreto en alemán de Emanuel Schikaneder. No es técnicamente una ópera sino un Singspiel, un género popular y teatral típicamente alemán que alterna partes habladas y cantadas, parecido a la opéra-comique francesa, a la ballad-opera inglesa y a la zarzuela española.
Resumiendo el complicado argumento por la simbología que encierra, y que va más allá de un cuento infantil: Tamino, joven principe, va a caer en las manos de la malvada Reina de la Noche, que le engatusará para ir en busca de su hija Pamina, ayudado del joven mitad pájaro y mitad humano (o simplemente un pajarero), Papageno. Para la cruzada, la Reina de la Noche regalará a Tamino un objeto mágico de incalculable valor: La Flauta Mágica.
Pamina se encuentra retenida en los dominios de su padre, el Rey Sarastro, y es asediada por el sirviente de este, Monostatos, que pretende su amor. Sarastro descubre el maltrato que es dado a Pamina por parte de Monostatos, y decide desterrarle de sus dominios.
Tamino se enamorará de la princesa y le pedirá al rey Sarastro su mano, que este le otorgará siempre y cuando supere tres pruebas. Con la ayuda de Papageno, Pamina, y de su tesón y su valor, Tamino superará las pruebas obteniendo así la gracia del monarca, y sacándole de su error, le hará comprender que la Reina de la Noche es malvada, y que el objetivo de retener a Pamina en su palacio no era sino para cuidar de ella.
Papageno obtendrá por su ayuda una suerte casi divina, encontrar una Papagena con la que poder compartir su vida.
Por su parte, Sarastro consigue derrotar de una vez a la malvada Reina de la Noche, pues el bien siempre vence sobre el mal y la luz sobre la oscuridad.
Die Zauberflöte (La flauta mágica) se estrena el 30 de septiembre de 1791 en el Theater auf der Wieden: Schikaneder interpreta a Papageno y Mozart conduce la ópera. Se realizan 20 funciones en el primer mes y más de 200 para el año 1800.
El 22 de noviembre de 1791, Mozart enferma y muere el 5 de diciembre a causa de fiebre reumática.
Aria «Dies Bildnis ist bezaubernd schön», («Este retrato es encantadoramente bello»). Act. I, Escena IV
Príncipe Tamino
¡Este retrato es encantadoramente bello,
como jamás contemplaron ningunos ojos!
Siento cómo esta imagen divina
llena mi corazón de una nueva emoción.
No sé darle nombre, ciertamente,
pero siento que arde como el fuego.
¿Será amor, esta emoción?
¡Sí, solo puede ser amor!
Si tan solo pudiera encontrarla,
si ella ya estuviera aquí, ante mí.
Yo…yo.. ¿qué haría yo entonces, lleno de calidez y pureza?
¡La estrecharía contra mi pecho ardiente,
encantado, para que fuera mía por toda la eternidad!
Dueto «Bei Männern welche Liebe fühlen» («A los hombres que sienten el amor»), Act. I, Escena XIV
PAMINA: A los hombres que sienten amor nunca les falta el buen corazón.
PAPAGENO: Compartir los dulces deseos es el primer deber de la mujer.
PAMINA, PAPAGENO: Alegrémonos en el amor, sólo por el amor vivimos.
PAMINA: El amor endulza las penas; todas las criaturas le rinden sus sacrificios.
PAPAGENO: Él da sabor a nuestra existencia, mueve el ciclo de la Naturaleza.
PAMINA, PAPAGENO: Su excelso fin es bien evidente, nada hay más noble que una mujer y un hombre. Hombre y mujer, mujer y hombre alcanzan juntos la esfera de la divinidad.
Dueto «Pa-pa-ge-na! Pa-pa-ge-no!», Act. II, Escena XXIX
PAPAGENO
¡Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Papagena!
PAPAGENA ¡Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Papageno!
PAPAGENO ¿Ahora eres toda mía?
PAPAGENA ¡Ahora soy toda tuya!
PAPAGENO ¡Bien, entonces sé mi mujercita!
PAPAGENA ¡Bien, entonces sé mi pichoncito!
PAPAGENO, PAPAGENA ¡Qué alegría habrá! Si los dioses conceden hijos a nuestro amor, ¡niñitos queridos, pequeñitos!
PAPAGENO ¡Primero un pequeño Papageno!
PAPAGENA ¡Y luego una pequeña Papagena!
PAPAGENO ¡Y luego otro Papageno!
PAPAGENA ¡Y luego otra Papagena!
PAPAGENO, PAPAGENA ¡Papageno! ¡Papagena! Será la más grande de los dichas, cuando muchos, muchos Pa, Pa, Papageno, Pa, Pa, Papagena sean la bendición de sus padres.
"Amor, amor, amor, he aquí el alma del genio" (W. A. Mozart)
El misterio de la vida es el amor...
Papageno interactuando con los niños...
Papageno, que está desolado porque no tiene esposa, intenta ahorcarse de un árbol. Los tres espíritus lo salvan y le recuerdan que hallará la verdadera felicidad si usa sus campanillas mágicas. Cuando toca las campanillas, aparece Papagena. La pareja comienza a hacer planes para formar una familia.
La flauta mágica.
Análisis en clave cuento de hadas, en clave de simbología masónica o en clave intermedia.
Ramón Gener
"La flauta mágica de Mozart no es mágica, sino transfiguradora".
D. Alfonso López Quintás
"...Mozart es pura inspiración, cada tono es correcto, y no podría ser de otra manera", dijo Benedicto XVI.
“Lo complejo y multifacético sólo me confunde, y debo buscar la unidad. […] He descubierto que es suficiente cuando una nota es tocada bellamente. Esa sola nota, o silencio, o momento de silencio me confortan” (Arvo Pärt).
La Iglesia celebra el 1 de noviembre a Todos los Santos, y el día 2 conmemora a los fieles difuntos.
"El hombre es polvo y al polvo volverá, pero a los ojos de Dios es polvo precioso, porque Dios ha creado al hombre destinándolo a la inmortalidad".
Benedicto XVI.
Santos son las personas que dejaron pasar la luz de Dios por sus vidas.
Gabriel Fauré: Réquiem, Op. 48
La misa de Réquiem es una misa dedicada a difuntos, en ella se suele pedir por su alma al momento de su muerte. A finales de la década de 1880 y marcado por el fallecimiento de sus padres, el compositor Gabriel Fauré compuso su misa de Réquiem.
Gabriel Fauré: Réquiem, Op. 48 - 4. Pie Jesu (Jesús misericordioso)
Pie Jesu, Domine, //Jesús misericordioso, Señor,
dona eis requiem sempiternam. //concédeles descanso eterno.
Gloria a Dios por las cosas de dispares colores, por los cielos con mezcla como vacas moteadas, por las manchas de rosa de las truchas esquivas; por las brasas recientes del castaño, las alas del pinzón, el paisaje troceado en apriscos, en barbechos y en tierras de labor; y el trabajo de los hombres moviendo herramientas y avíos. Todo lo que contrasta y es distinto y extraño, es variable, atigrado (nadie sabe por qué); lo que es rápido y lento; lo que es dulce y amargo; lo que es claro y oscuro. Él, belleza inmutable, es el padre de todo. Alabadle en su gloria.