"...Y allí arriba, en la soledad de la cumbre, entre los enhiestos y duros peñascos, un silencio divino, un silencio recreador..." (Miguel de Unamuno)


sábado, 31 de mayo de 2014

Una tarde fresquita de mayo




Orégano
 

Me gustan los aromas porque son de los primeros en anunciar la primavera; ya puedo oler  los brotes de orégano, tomillo, rosas, lirios, alhelíes, grosellas... ¿y la acacia?, no brota...
 
Una canción para acompañar esta tarde fresquita, muy fresquita, de mayo...
 
   
 

 

Cada segundo que vivimos es un momento nuevo y único del universo, un momento que jamás volverá...

Pau Casals
 
  
 

 

miércoles, 28 de mayo de 2014

Estelas...






Almendros en flor.

La primavera
se acerca.





Cerezos en flor.

La primavera
está plena.





Granados en flor.

Ya se aleja
la primavera.


José María Hinojosa












sábado, 24 de mayo de 2014

Nuestra Señora







Cúbreme con tu Manto de Amor, 
guárdame en la paz de tu mirar, 
cúrame las heridas y el dolor, haz que las pueda soportar. 
Que las piedras de mi camino, mis pies soporten pisar, 
Incluso lesionado, por las espinas me ayudes a pasar.

Si quedaran magulladuras en mí,
Madre, sácalas de mi corazón, 
y a aquellos a los que hice sufrir, pido perdón. 
Si doblo mi cuerpo en el dolor, 
alíviame el peso de la cruz,
intercede por mí, Madre mía, junto a Jesús.

Nuestra Señora, dame la mano, cuida de mi corazón, 
de mi vida, de mi destino. 
Nuestra Señora, dame la mano, cuida de mi corazón, 
de mi vida, de mi destino. 
de mi camino, cuida de mí. 

Cada vez que mis lágrimas ruedan, 
pon sobre mí tus manos. 
Aumenta mi fe y calma mi corazón. 
Gran procesión está pidiendo misericordia y perdón, 
la curación del cuerpo y la salvación para el alma.

De los pecadores, Oh Madre tan necesitados de Vos, 
Santa Madre de Dios, ten piedad de nosotros. 
De rodillas, a tus pies, extiende tus Manos hacia nosotros, 
ruega por todos nosotros, tus hijos y mis hermanos.

Nuestra Señora, dame la mano, cuida de mi corazón, 
de mi vida, de mi destino. 
Nuestra Señora, dame la mano, cuida de mi corazón, 
de mi vida, de mi destino. 
de mi camino, cuida de mí.

Amén




miércoles, 21 de mayo de 2014

El valle de los narcisos




 
 

En la Montaña Oriental Leonesa se encuentra el valle de los narcisos, capilotes, la flor de la memoria, narcisos amarillos, la flor de Pascua, la que adornó iglesias y ermitas, la que anunciaba la llegada de la primavera cuando la nieve aún no se había derretido, la que los vecinos depositaban ante su Virgen, la de Quintanilla.
 
Flor antigua que se extendió desde el Mediterráneo y llegó a Asia y China. Brotes solitarios que fueron símbolo en la lucha contra el embalse de Riaño.
 
Capilotes en Riaño, liras o lirones en Tierra de la reina, grillandas en Valdeburón, galipotes en Éscaro y el Orza, campanillas de Riaño en León. Decenas de nombres para una flor mítica a la que rindieron tributo de siempre en el valle anegado de Riaño. Cuando las aguas cubrieron los pueblos, la marea se llevó con ella una romería popular que permitía gozar de la naturaleza antes de que el calor invitara a la siesta.
 
Cuenta la leyenda que cuando la Virgen se le apareció a un buen riañés, le pidió que la llevara al rincón más bello del valle y que allí mismo la venerara bajo la advocación del lugar. Quintanilla fue. Desde entonces, a ella se rogó protección, a ella se pidieron favores y amparos. Y, paradojas del destino, a ella se apelaba para que llegara el agua. Tanto debieron rezar que la lluvia se transformó en pantano y la misma Virgen tuvo que abandonar su ermita, que fue salvada piedra a piedra y trasladada hasta un promontorio en la orilla de un mar artificial desde el que protege el futuro de Riaño, al que hubo que poner por delante la palabra nuevo. Desde allí observa la partida de los mozos y mozas en busca de los capilotes que dejarán en ramilletes y éstos en cestas en la Plaza de los Pueblos, la de la memoria, en el rincón del Riaño de ahora, donde las columnas recuerdan los nombres de Anciles, Salio, Huelde, Éscaro, La Puerta, Burón, Pedrosa del Rey, Riaño y Vegacerneja.

Una celebración que en 1985 fue reivindicación. La del día que se notificaron los desalojos de viviendas en Vegacerneja para construir la nueva carretera. Era el 17 de mayo, con el capilote ya florecido. Una gran manifestación arrancó desde el pueblo y recorrió la comarca, un día en el que su luchó en el corro leonés y fuera de él y donde la música tapó el llanto.
En 1987, con la sentencia firmada para Riaño y los otros ocho pueblos, los capilotes se depositaron en las puertas de las casas que nunca más se volverían a abrir. Fue el verano de los ‘tejadistas’ y las campanas tañendo a arrebato, campanarios que anunciaban la llegada de la Guardia Civil escoltando la maquinaria para derribar el pueblo, tejados en los que los hijos de los hijos de Riaño se hicieron fuertes en resistencia civil.
 
Todo en vano. Otros valles fueron regados con éste. Otras cosechas germinaron con la riqueza embalsada. El agua acabó con todo, pero no con la reivindicación misma de Riaño, con su orgullo, su historia y sus tradiciones.
Los jóvenes de Riaño salen del pueblo en busca de la flor de la memoria para honrar al valle naufragado. Y una romería popular lo recuerda todos los años, cada 10 de mayo, la fiesta del capilote; es maravilloso este valle...


 

 

 
Y una canción tradicional leonesa, "Tengo tres cabritinas"; canción que canté durante algunos años, recreada en estos parajes de la Montaña Oriental Leonesa, en Portilla de la Reina, y con un recuerdo muy especial para el grupo folk La Braña...
 
 
 

 
 
   
 

martes, 20 de mayo de 2014

Tú no eres...




Atardecer en Peñalaza



Tú no eres la nube,
sino la luz que ella esconde.
 

 Iglesia de Pontedo. Espadaña con campanario 


Tú no eres la palabra,
sino el silencio que en ella nace.
 
  
Collada de Cármenes
 


Tú no eres el silencio,
sino más allá de todo silencio.


Geras de Gordón
 

Tú no eres la montaña,
sino el eco que grita Tu voz.
 

Cascada. Bosque El Faedo
 

Tú no eres de ninguna parte del mundo,
sino el corazón del mundo...

y Tú.