"...Y allí arriba, en la soledad de la cumbre, entre los enhiestos y duros peñascos, un silencio divino, un silencio recreador..." (Miguel de Unamuno)


miércoles, 21 de octubre de 2015

Antífona del otoño




Valle del Bierzo. León


Yo he nacido aquí junto a las altas lilas del verano
y los verdes racimos amargos de la aurora.

Yo he nacido entre las rosas que han muerto
y el mustio follaje de los jardines de un sueño.

En las transparentes alamedas que canta el ruiseñor
y abre el rocío con su cuchillo de cristal en la mañana.

Como la hoja que cae sobre un sepulcro
yo he pisado al nacer esta piedra y su luz me ha salpicado.

Como el que nace para la música y talla la madera o la roca
y escucha su voz crujir bajo el cincel y no pregunta.

Yo he nacido duro de corazón y equivocado,
pero vosotros me habéis dado la tierna mano de la primavera.

El que sopla las estaciones y hace reverdecer al árbol muerto
ha mirado esta rama joven que no ardía.

Al consumido en su luz y al que el amor destierra
mis días por igual se han parecido.

Como aquel que al entrar en su casa se encuentra con la mar
y goza y es feliz y se queda con ella para siempre.




Yo he nacido aquí antes de que mi corazón se diera cuenta
y una dulce mujer se acercara a mi sombra como madre.

Desde entonces he sido melancólico y triste
porque he contado los astros y la lluvia y la arena.

De lo ajeno he tenido la bondad de la tierra
y de lo mío la nada en su infinita certeza.

He visto a los hombres mirar hacia el cielo
como buscando la vida que junto a ti se les niega.

Y he padecido con el dolor entre todos
y no he cerrado la puerta al florecido en su odio.

Al que marcado con saliva se esconde de los muchos
lo he elegido más cerca de mi corazón que a los otros.

Y he contemplado a los pájaros
resolver en el vuelo el misterio del aire.


Villafranca del Bierzo


Yo he nacido aquí junto a la piedra de Cluny
donde brota el mirto su tallo en la maleza.

Pero no he sido feliz,
mi memoria se ha cansado de llover y esperarte.

Nada pudo la abundante espiga del dolor contra nosotros,
cuanto más me iba, más tu amor me aprisionaba.

Y así he sido claro bajo el sol y también fuente
donde vienen a beber desde el fondo del mundo las estatuas.

Y un día, un día como hoy resplandeciente y puro
rozado tal vez por el deseo se acercó a la ventana mi figura.

Y al ver todo transido de pétalo aquel cuerpo
salí como siguiéndola y me perdí en su calle.

Yo te he amado pequeño pueblo entre dos ríos
donde supo mi corazón el don de la palabra y las alondras.


Juan Carlos Mestre, Lo que sé de mí, de Antífona del otoño en el Valle del Bierzo








lunes, 12 de octubre de 2015

La luna, el agua, el chopo ...







La luna va por el agua.
¿Cómo está el cielo tranquilo?
Va segando lentamente
el temblor viejo del río,
mientras que una rama joven
la toma por espejito.

Federico García Lorca




Yo... ¡temblar!


Agua, ¿dónde vas?

Riendo voy por el río
a las orillas del mar.

Mar, ¿adónde vas?

Río arriba voy buscando
fuente donde descansar.
Chopo, y tú ¿qué harás?

No quiero decirte nada.
Yo... ¡temblar!

¿Qué deseo, qué no deseo,
por el río y por la mar?

(Cuatro pájaros sin rumbo
en el alto chopo están).

Federico García Lorca





domingo, 11 de octubre de 2015

Suspiros de España

 
 
 
La Médulas en otoño (Astorga, León)
 
 

 
 
¡Feliz día de la Virgen del Pilar!
 
 
 
 
 

viernes, 9 de octubre de 2015

Volar








 Los árboles desnudos están en tomo de tu casa
y dejan pasar cielo y aire sin fin,
los árboles desnudos descienden a la orilla
y se reflejan en el agua.
Un niño juega aún en el humo gris del otoño
y una niña va con flores en la mano
y en el horizonte vuelan pájaros plateados.


“Otoño”, de Edith Södergran




sábado, 3 de octubre de 2015

Alabado seas, mi Señor





 

Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, corresponden,
y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.
Alabado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
especialmente por el hermano sol,
el cual es día, y por el cual nos alumbras.
Y él es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las has formado luminosas y preciosas y bellas.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.
Alabado seas, mi Señor, por la hermana agua,
la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche,
y él es bello y alegre y robusto y fuerte.

Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna,
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba.
Alabado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,
y soportan enfermedad y tribulación.
Bienaventurados aquellos que las soporten en paz,
porque por ti, Altísimo, coronados serán.

Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!:
bienaventurados aquellos a quienes encuentre en tu santísima voluntad,
porque la muerte segunda no les hará mal.
Load y bendecid a mi Señor,
y dadle gracias y servidle con gran humildad.
 
 
Cántico de las criaturas, san Francisco de Asís
 
 


San Francisco de Asís (1182-1226) compuso este cántico entre 1225 y 1226. Está considerado como el primer poema en lengua italiana.