Los árboles desnudos están en tomo de tu casa
y dejan pasar cielo y aire sin fin,
los árboles desnudos descienden a la orilla
y se reflejan en el agua.
Un niño juega aún en el humo gris del otoño
y una niña va con flores en la mano
y en el horizonte vuelan pájaros plateados.
“Otoño”, de Edith Södergran
Qué placidez de otoño...
ResponderEliminarBesos.
Sí, es verdad.
EliminarUn beso, Toro.
Sutil, suave y hermoso poema.
ResponderEliminarBesitos de luz mi querida Rosa
Sí, eso me parece también, los poemas dedicados al otoño suelen ser así, muy suaves ...
EliminarUn beso, mi querida Carolina.