Mira la nieve humilde de la cima tutelar, donde se cierra el círculo que se abriera en tu infancia, donde se abre la noche del ser en la luz que es más luz, donde ya no hay preguntas ni respuestas.
Letanía del ciego que ve
Que este celeste pan del firmamento
me alimente hasta el último suspiro.
Que estos campos tan fieros y tan puros
me sean buenos, cada día más buenos.
Que si en tiempo de estío se me encienden las manos
con cardos, con ortigas, que al llegar el invierno
los sienta como escarcha en mi tejado.
Que cuando me parezca que he caído
porque me han derribado,
sólo esté arrodillándome en mi centro.
Que si alguien me golpea muy fuerte sólo sienta la brisa del
pinar, el murmullo
de la fuente serena.
Que si la vida es un acabar,
cual veleta, chirriando en lo más alto,
allá arriba me calme para siempre,
se disuelva mi hierro en el azul.
Que si alguien, de repente, vino para arrancarme
cuanto sembré y planté llorando por las nubes,
me torne en nube yo, me torne en planta,
que sean aún semillas mis dos ojos
en los ojos sin lágrimas del perro.
Que si hay enfermedad sirva para curarme,
sea sólo el inicio de mi renacimiento.
Que si beso y parece que el labio sabe a muerte,
amor venza a la muerte en ese beso.
Que si rindo mi mente y detengo mis pasos,
que si cierro la boca para decirte todo
y dejo de rozar tu sangre ya sembrada,
que si cierro los ojos y venzo sin luchar
(victoria en la que nada soy ni obtengo),
te tenga a ti, silencio de mi cumbre,
o a ese sol abatido que es la nieve
donde la nada es todo.
Que respirar en paz la música no oída
sea mi último deseo, pues sabed
que, para quien respira
en paz, ya todo el mundo
está dentro de él y en él respira.
Que si insiste la muerte,
que si avanza la edad y todo y todos
a mi alrededor parecen ir marchándose deprisa,
me venza el mundo al fin en esa luz
que restalla.
Y su fuego
me vaya deshaciendo como llama
de vela: con dulzura, despacio, muy despacio,
como giran arriba extasiados los planetas.
Ha comenzado a nevar, y, esta vez, parece que va en serio ...
La dama blanca, nieve pura, purificadora ...
Invierno tardío
No es increíble cuanto ven mis ojos: nieva sobre el almendro florido, nieva sobre la nieve.
Este invierno mi ánimo es como una primavera temprana, es como un almendro florido bajo la nieve.
Hay demasiado frío esta tarde en el mundo. Pero abro la puerta a mi perro y con él entra en casa calor, entra la humanidad.
Algo calentito, poemas y música ...
La poesía es un lenguaje que llega cuando los otros ya no sirven: el de la calle, el político, el económico que nos asedia ahora ...