Pongo luna en la risa, riego el sol en las pecas.
Tengo el gusto de hablar con paraguas y techos
en un morse que solo los poetas entienden.
Me lanzaron muy lejos, al principio de todo,
una noche de ráfagas y diamantes fundidos.
Pero solo en la Tierra cultivé poseidonias.
Solo allí me salieron baobabs y elefantes.
He lavado las manos de Pilato y Caín.
En mi lágrima flotan los muchachos ahogados.
Labro el acantilado con paciencia y espuma.
He amueblado las cuevas con la cristalería.
También soy la que caigo de la punta de un dedo
y te mojo los labios o te inundo el ombligo.
Soy quien besa en la ducha la gentil desnudez
con que un día el amor te vistió al concebirte.
Chopin: Piano Concerto No.1 in E minor Op.11
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