¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados,
formases de repente
los ojos deseados,
que tengo en mis entrañas dibujados!
San Juan de la Cruz, Cántico espiritual. Estrofa XII
En soledad vivía,
y en soledad ha puesto ya su nido,
y en soledad la guía
a solas su querido,
también en soledad de amor herido.
San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, Estrofa XXXV
Cántico espiritual. Estrofa XXXV de san Juan de la Cruz en LSE (Lengua de Signos Española)
San Juan de la Cruz: Cántico espiritual
Desde la iglesia mozárabe de San Miguel de Escalada (León)
Amancio Prada.
"... un no sé qué que quedan balbuciendo".
6 ¡Ay! ¿Quién podrá sanarme?
Acaba de entregarte ya de vero;
no quieras enviarme
de hoy más ya mensajero,
que no saben decirme lo que quiero. 30
7 Y todos cuantos vagan
de ti me van mil gracias refiriendo;
y todos más me llagan,
y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo. 35
8 Mas, ¿cómo perseveras,
¡oh, vida!, no viviendo donde vives
y haciendo porque mueras
las flechas que recibes
de lo que del Amado en ti concibes? 40
9 ¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?
Y, pues me le has robado,
¿por qué así le dejaste
y no tomas el robo que robaste? 45
10 Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta a deshacellos;
Y véante mis ojos,
pues eres lumbre dellos
y solo para ti quiero tenellos. 50
11 Descubre tu presencia,
y máteme tu vista y hermosura;
mira que la dolencia
de amor que no se cura
sino con la presencia y la figura. 55
12 ¡Oh, cristalina fuente!
¡Si en esos tus semblantes plateados
formases de repente
los ojos deseados
que tengo en mis entrañas dibujados...! 60
13 ¡Apártalos, Amado,
que voy de vuelo!
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