La verdad de la patria está en el oro
en que cambia lo verde con el sol del otoño.
También el sol pone amarillos
en las estanterías los lomos de los libros.
Los libros y los árboles, y el otoño entre ellos,
la lluvia en los cristales, la lumbre en el brasero...
Hoy que nadie me escucha, consulto mi memoria
y busco en la hojarasca el oro de las horas,
de las horas mejores, de las pocas palabras
con las que quise y quiero hablar con los que callan,
vivir por los que mueren, recoger del pasado
lo que el futuro espera tendiéndome las manos.
La nave de los campos va aferrando sus velas,
se deshojan los árboles y los libros se agrietan,
y apenas caen dos gotas, la fresca vida estalla
en el fuego incruento de las rojas granadas
que se agrietan y se abren día a día en lo verde
áureo de su arbusto... Ésos son mis poderes.
Aquilino Duque, de Las nieves del tiempo
Manuel de Falla: El amor brujo (Danza ritual del fuego)
A. Rubinstein
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