Leve rumor de luces y de brisas
rodaba por el valle, se acercaba.
Los pájaros dejaban bruscamente
temblorosas las ramas
cayéndose hacia el cielo, arrebatados
por una fuerza extraña.
Las carnosas ortigas
se apretaban
como un rebaño
inquieto. Levantaban del agua
su cabeza, los juncos.
Las verdinegras zarzas
se crecían.
rodaba por el valle, se acercaba.
Los pájaros dejaban bruscamente
temblorosas las ramas
cayéndose hacia el cielo, arrebatados
por una fuerza extraña.
Las carnosas ortigas
se apretaban
como un rebaño
inquieto. Levantaban del agua
su cabeza, los juncos.
Las verdinegras zarzas
se crecían.
Imperceptibles, más delgadas
por la tensa postura de su espera,
las hierbas, anhelantes...
por la tensa postura de su espera,
las hierbas, anhelantes...
Ya he regresado mi querida Rosa.
ResponderEliminar¡Qué fotografías más bonitas y bello poema el que le acompaña!
Te deseo una santa Navidad.
Con un beso de ternura
Sor.Cecilia
Mi querida sor Cecilia: ¡¡¡QUË BIEN QUE VUELVES!!!!, me alegro tantísimo, te echaba de menos, mi querida amiga tierna.
EliminarTambién te lo deseo, cómo no, y te lo diré personalmente, te llamaré.
UN BESAZO MUY GRANDE, mi querida amiga.