¡El tiempo y la intemporalidad están conectados.
Este instante y la eternidad luchan dentro de nosotros!
Arvo Pärt
“The hills of the Highlands forever I love” (“Amaré siempre las cumbres de las Tierras Altas”). El verso procede de un poema de Robert Burns, “My Heart’s in the Highlands” (“Mi corazón está en las Tierras Altas”), en el cual, desde una ausencia real o imaginada, el poeta romántico escocés, expresa la tenaz nostalgia que le produce hallarse lejos de sus montañas nativas:
My heart’s in the Highlands, my heart is not here,
My heart’s in the Highlands a-chasing the deer -
A-chasing the wild deer, and following the roe;
My heart’s in the Highlands, wherever I go...
Que traducido literalmente dice:
Mi corazón está en las Tierras Altas, mi corazón no está aquí,
mi corazón está en las Tierras Altas detrás de los ciervos, detrás
de los ciervos y siguiendo el gamo;
dondequiera que vaya, mi corazón está en las Tierras Altas.
mi corazón está en las Tierras Altas detrás de los ciervos, detrás
de los ciervos y siguiendo el gamo;
dondequiera que vaya, mi corazón está en las Tierras Altas.
Este poema fue musicado por Arvo Pärt. Música sublime, es el minimalismo. Minimalismo sacro. Canto gregoriano actual. Polifonía experimental. Muchas etiquetas para una música que no se puede definir, que no se deja encasillar. Una música que suena ancestral, pero que es absolutamente actual. Sin embargo, mucha de esa música que hoy nos suena tan actual, fue compuesta a contramano de las modas culturales y en un oscuro rincón olvidado del imperio soviético. Esta es la música de Arvo Pärt .
Arvo Pärt, es un compositor estonio que pasó por diversas etapas. Pero su creatividad se estancó y sobrevino una crisis de identidad musical y espiritual. Entonces, el joven compositor se lanzó a una profunda introspección personal. Encontró refugio en la música. antigua y sacra, en el Canto gregoriano, la polifonía renacentista y en las tradiciones religiosas de la iglesia ortodoxa rusa. Eran los años 70. En occidente estaba en su clímax el movimiento del rock progresivo y las experimentaciones disonantes electroacústicas de los compositores”serios” o “cultos” del momento. Sin embargo, a Arvo Pärt no le interesaron estos modismos, él consagró todo su arte a la música religiosa. Eliminó adornos innecesarios...
Arvo Pärt — Symphony No. 4 'Los Angeles'.
Me encanta el poema.
ResponderEliminarDónde están nuestros corazones?
Besos.
Y a mí.
ResponderEliminarEl tuyo está en Tierras Altas, y sin ninguna duda...
Un beso, Toro. ¡Feliz día!