Abro la Santa Biblia y aparece Jesús en la montaña.
Acudo emocionado a beber Su sermón.
La tarde resbala como lágrima azul.
De pronto un polvo antiguo me cubre la mirada al volverla hacia mí,
y quedo inmóvil, en silencio,
aspirando una brisa de montaña.
Eduardo Llanos
Serenidad del cielo
al atardecer:
como si Dios meditara
bajando los párpados.
Eduardo Llanos
al atardecer:
como si Dios meditara
bajando los párpados.
Eduardo Llanos
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