El rocío
Que se pierda el rocío parece imposible. En realidad lo que nos parece imposible, si se detiene un momento la reflexión, es que lo haya. ¿De dónde viene, y por qué aparece en las frescas mañanas de algunos huertos, no de todos, sobre las hojas de plantas semiescondidas, en rincones que las sostienen a toda llegada de los elementos? Agua y fuego son los elementos que hacen nacer la planta, casi sin tierra en algunas, la orquídea que nace el aire, sin tierra, pero no sin rocío, ya que nace a su gusto en los bosques, más que en los invernaderos, de raíces que quisieran ser pájaros ahorrándose el esfuerzo de volar. Y hay pájaros que hacen sus nidos en el aire, a grande altura, invisible a la mirada de los hombres. ¿Y el rocío, tú, rocío, quién o qué eres? [...] eres un don, tú, rocío, una gracia que no a todos los que lo necesitarían, se les da.. Mas siendo lo que seas, eres la menuda lluvia de la aurora, y aportas contigo algo impar que solo en determinado momento, y en determinados lugares, se da, y aun en ciertas estaciones del año.
María Zambrano, De la aurora
Federico Chopin, Gota de agua (Raindrop), Preludio Op.28, nº 15
Una entrada llena de frescura y aroma Rosa, me ha encantado, mil gracias. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.
ResponderEliminarGracias, Pepe.
ResponderEliminarFeliz fin de semana para ti también.