Matsuo Basho supo elevar los haikus a una composición poética, transformándola de una expresión de intelectualidad o ingenio verbal a una intuición de la naturaleza, impregnada del espíritu del budismo zen.
Su simpleza a la hora de expresar un haiku roza la magia de la vida... fue de los primeros poetas japoneses en leer que marcaron un antes y un después en mi vida. Te dejo mis cariños para esta tarde Rosa.
Sí, a mí también me gusta mucho Basho. Un buen haiku es una delicia, y difícil de lograr. Esa sencillez para conmover al captar un momento con el que sentirnos identificados.
Gracias, Ani, muy bonito y especial lo que Basho produjo en ti.
Qué preciosidad, Rosa, pasear por tus entradas es una maravilla, repletas de belleza y serenidad.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Carmela :)
EliminarUn beso.
¡¡Qué belleza!!
ResponderEliminarDebe estar el campo precioso, imagino.
Besos
Supongo que sí, que estará precioso. Aún no podemos ir.
EliminarNi puedo regar las plantas, no sé cómo estarán.
Un beso, Maite.
Matsuo Basho supo elevar los haikus a una composición poética, transformándola de una expresión de intelectualidad o ingenio verbal a una intuición de la naturaleza, impregnada del espíritu del budismo zen.
ResponderEliminarSu simpleza a la hora de expresar un haiku roza la magia de la vida... fue de los primeros poetas japoneses en leer que marcaron un antes y un después en mi vida.
Te dejo mis cariños para esta tarde Rosa.
Sí, a mí también me gusta mucho Basho. Un buen haiku es una delicia, y difícil de lograr. Esa sencillez para conmover al captar un momento con el que sentirnos identificados.
EliminarGracias, Ani, muy bonito y especial lo que Basho produjo en ti.
Muchos besos y feliz noche :)