"...Y allí arriba, en la soledad de la cumbre, entre los enhiestos y duros peñascos, un silencio divino, un silencio recreador..." (Miguel de Unamuno)


viernes, 10 de abril de 2015

Amigos para siempre




Hermoso árbol en san Martín de la Tercia. Villamanín. León



“- (…) Busco amigos. Pero, ¿qué significa “domesticar”? 
- Es algo que está muy olvidado- dijo el zorro-. Significa “crear lazos”.
- ¿Crear lazos?
- Seguro –dijo el zorro. Tú no eres para mí más que un niño parecido a cien mil niños y no te necesito. No te necesito. Yo no soy para ti más que uno entre cien mil zorros. Ahora bien, si tú me domesticaras, nos necesitaríamos el uno al otro. Tú serías para mí el único en el mundo, como yo lo sería para ti…
- Empiezo a comprender- dijo el principito- Hay una flor…; y me parece que me ha domesticado…
(…)
 
“El Principito” fue el resultado que dio Antoine de Saint-Exupéry, el autor, cuando le encargaron escribir un cuento de Navidad. Quizá por ello es un cuento que trata de transmitir los valores humanos más importantes: el amor y la amistad. También podemos encontrar una parte muy espiritual cuando trata el tema de la muerte. 

El capítulo del zorro, recoge muy bien ambos valores. El zorro le pide al Principito que le domestique, que significa “crear lazos”, y resume en ese párrafo -a través del discurso del zorro- cómo cuando se crea una relación íntima con alguien, esta persona pasa a ser para nosotros, distinta a las demás, especial, inconfundible, a modo recíproco… alcanzando su máximo grado de exclusividad cuando este “lazo” significa amar. Cuando dos personas se aman (amor a una pareja, a un hijo, madre, padre o amigo), crean una relación de dependencia mutua, donde “ambos se necesitan el uno al otro”.

- Mi vida es monótona- dijo el zorro. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen entre sí. Por lo tanto, me aburro un poco. Pero si tú me domesticaras, mi vida sería radiante. Conocería un ruido de pasos diferente a todos los otros. Los otros pasos me hacen esconderme bajo tierra. Los tuyos, en cambio, me harían salir de mi madriguera; sería como una música. Y además, ¿ves esos campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil, los campos de trigo no me dicen nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes los cabellos de color de oro. Y si me domesticaras, ¡sería maravilloso! Los campos de trigo me recordarían tus cabellos de oro, y amaría el rumor del viento entre las espigas…
(…)
- Sólo se conocen bien aquellas cosas que se domestican- dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo para conocer nada. (…). Si quieres tener un amigo, ¡domestícame!
- ¿Y qué hay que hacer?- dijo el principito.
- Hace falta ser muy paciente- respondió el zorro (…)
(…)
Mas cuando llegó el día de la separación, el zorro dijo:
- ¡Ah! ¡Lloraré!
- Si lloras será por tu culpa- dijo el principito-. Yo no quise hacerte ningún mal; pero tú insististe en que te domesticara.
- Es cierto- dijo el zorro
- ¡Pero tú vas a llorar!- dijo el principito.
- Así es- respondió el zorro.
- Entonces, no has ganado nada.
- Sí, he ganado- dijo el zorro- a causa del color del trigo.
 
  

 
¡Feliz fin de semana!!! 
 
 
 
 
 

4 comentarios:

  1. No creo en la amistad.
    Hace años hubiera dicho todo lo contrario.
    Ahora, que he vivido más, esa es mi opinión.

    Besos.

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    1. Ya, Toro, siempre lo dices en tus poemas, lo siento mucho, es de lo más bonito que existe, es una forma de amar muy pura. Siento que no lo vivas así. Bueno, quién sabe lo que sucederá, nunca te cierres a la amistad, puede llegar en cualquier momento...
      Mis amigas y amigos más queridos vienen de los tiempos del colegio y la facultad, y algunos del blog a los que no conozco personalmente, pero que les considero igual de importantes.
      Yo te considero un amigo muy querido, lo sabes bien.

      Besos, Toro. Me parece imposible que una persona como tú no los tenga, me parece increíble... pero la vida puede sorprendernos, no lo olvides... ¡buen día!

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  2. Me encanto, y que hermosa fotografía.
    Saludos.

    www.consuelaamipueblo.org

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    1. Me alegro, Daniel. El principito es un libro para releer en distintas etapas de la vida y en cada una se descubren matices nuevos, es sencillo y profundo a la vez, algo que no siempre es fácil de encontrar.

      Sí, es un árbol que creo que refleja muy bien el sentido de la amistad y el amor. Se encuentra en un pueblecito pequeño pero lleno de encanto. La montaña y sus pequeños rincones tienen mucho encanto.

      Un abrazo y gracias por tu visita.

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