"...Y allí arriba, en la soledad de la cumbre, entre los enhiestos y duros peñascos, un silencio divino, un silencio recreador..." (Miguel de Unamuno)


domingo, 7 de abril de 2013

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"En tus ojos mi rostro, en los míos el tuyo. En los rostros descansan los corazones fieles. ¿Dónde podríamos encontrar dos mejores hemisferios sin un norte definido, sin un occidente declinante? Aquello que muere no estaba mezclado con igualdad. Si nuestros corazones son uno, o nuestro amor semejante, ninguno desfallecerá, ninguno morirá". 
Tristán e Isolda

 
Música maravillosa de la ópera Tristán e Isolda de Richard Wagner, perteneciente al Acto III, Liebestod (muerte de amor de Isolda). Hay un momento en que Isolda vuelve unos instantes a la vida. En ese preciso momento, llamado en alemán el Liebestod, la muerte de amor, Wagner expresará así toda la emoción de la obra en un final extraordinario. Es, por tanto, el final del drama, y el comienzo realmente del amor. Una rosa y una vid crecen de sus respectivas tumbas y se entrelazan.

Merece la pena escucharlo.
 
 
 
Rogelio de Egusquiza Barrena - Tristán e Isolda (La muerte)
 
   
"Se volvió hacia oriente y rezó a Dios. Luego descubrió un poco el cuerpo, se acostó junto a él, le besó la boca y el rostro y lo abrazó estrechamente; así, su cuerpo junto al de él, sus labios unidos a los de él, entregó su alma; murió junto a él, por el dolor que le dio su muerte".

 
 
 

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