"...Y allí arriba, en la soledad de la cumbre, entre los enhiestos y duros peñascos, un silencio divino, un silencio recreador..." (Miguel de Unamuno)


lunes, 16 de julio de 2012

Un claro de luna




Beethoven - The Moonlight Sonata (Sonata Claro de Luna)


Luna

Pandereta de siglos para dormir al hombre
preso en el corazón mudo del universo.
Media manzana de oro para que el niño coma
hasta sentirse eterno.

Árboles, puentes, torres, montes, mares, caminos.
Y todo a la deriva se irá desvaneciendo.
Cuando ellos ya no vivan, en el espacio, libre,
tú seguirás viviendo.

Y cuando nos cansemos (porque hemos de cansarnos).
Y cuando nos vayamos (porque te dejaremos).
Cuando nadie recuerde que un día nos morimos
(porque nos moriremos),

pandereta de siglos para dormir al hombre,
media manzana de oro que mide nuestro tiempo,
cuando ya no sintamos, cuando ya no seamos,
tú seguirás viviendo.

José Hierro

 


 
Guarda che Luna (Mira que Luna), un tema del año 1959 compuesto por Fred Buscaglione, un clásico italiano, Pavarotti a dúo con Irene Grandi pasa del "bel canto" a un ritmo de jazz.


Mira qué luna!, ¡mira qué mar!
Desde esta noche tendré que quedarme sin ti.
Loco de amor quisiera morir
mientras la luna de allá arriba me está mirando.

Sólo me queda toda la añoranza
porque he pecado deseándote mucho.
Ahora estoy solo recordando
y quisiera poderte decir:
¡mira qué luna!, ¡mira qué mar!




La luna misteriosa de Claude Debussy

 
En el año 1869 el poeta Paul Verlaine publica una colección de poemas llamado Fêtes galantes ("Fiestas galantes"). El primero de los poemas es Claro de luna. Con el texto del primer poema, Debussy compone una canción mientras todavía estaba estudiando música, en 1890. Sin embargo no se publicó hasta 1905, y eso pese a que su autor intentó que no viese la luz, pues creía que esta obra de juventud estaba muy por debajo del nivel de sus composiciones más modernas.


 
Clair de Lune
 (Paul Verlaine)

Traducción de Manuel Machado:

Vuestra alma es un exquisito paisaje,
que encantan máscaras y bergamascos,
tocando el laúd y danzando y casi
tristes bajo sus fantásticos disfraces.

Siempre cantando en el tono menor,
el amor triunfal y la vida oportuna
parecen no creer en su felicidad
y sus canciones se unen al claro de la luna.

Al tranquilo claro de luna, triste y bello,
que hacen sonar los pájaros en los árboles,
y sollozar estáticos a los surtidores,
surtidores esbeltos entre los blancos mármoles





2 comentarios:

  1. Soy una lunática, me encanta... así he llegado hasta aquí.
    "Media manzana de oro para que el niño coma
    hasta sentirse eterno."

    Un saludo
    LuZe

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    Respuestas
    1. Gracias, LuZerna, por tu visita y tu precioso verso, me encanta. Me alegro de que la luna te haya guiado hasta aquí.
      Un beso.

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