haber sido asistido a veces,
de tarde en tarde, por un ángel:
un pequeño petirrojo
que quizás tenía hambre
y añoranza, frío, quizás miedo,
que desde el seto volaba hasta el alféizar
de mi ventana, inquieto,
como si me trajera, clandestino,
su socorro.
José Jiménez Lozano
de tarde en tarde, por un ángel:
un pequeño petirrojo
que quizás tenía hambre
y añoranza, frío, quizás miedo,
que desde el seto volaba hasta el alféizar
de mi ventana, inquieto,
como si me trajera, clandestino,
su socorro.
José Jiménez Lozano
Petirrojo
Ya ves los pentimenti del Creador del Mundo, son tanteos.
Primero hizo reptiles, dinosaurios,
y esperó milenios y milenios,
hasta que logró estos cristales tan puros, tan redondos:
los ojos de los pájaros. ¡Tan leve
su consistencia de aire!
¡Tan pobres! ¡Tan alegres!
Primero hizo reptiles, dinosaurios,
y esperó milenios y milenios,
hasta que logró estos cristales tan puros, tan redondos:
los ojos de los pájaros. ¡Tan leve
su consistencia de aire!
¡Tan pobres! ¡Tan alegres!
José Jiménez Lozano
La canción del jilguero pechiazul.
Montes Aquilanos, El Bierzo (León)
La naturaleza maravilla el alma .
ResponderEliminarUn abrazo para ti.
Es cierto, maravilla, se aprecian todos los pequeños detalles en las flores, árboles, arbustos...
EliminarUn abrazo, linda querida :)
¡¡Qué regalo de entrada!!!
ResponderEliminarLos poemas son tan bellos... como el canto del pechiazul
Besosssssss
Sí, son tan bellos.
EliminarMe alegro de que los disfrutaras :)
Un beso, Maite.