"...Y allí arriba, en la soledad de la cumbre, entre los enhiestos y duros peñascos, un silencio divino, un silencio recreador..." (Miguel de Unamuno)


jueves, 23 de julio de 2015

Valle del Silencio




«De manera que todo el ser de las criaturas,
 comparado con el infinito de Dios,
 nada es...»

San Juan de la Cruz




Valle del Silencio. Peñalba de Santiago 



Monasterio de San Pedro de Montes. Valle del Silencio (El Bierzo. León)



Uno de los lugares más bonitos que he visto, por su belleza natural, la paz que se encuentra y los lazos afectivos que me unen con la subida a la cueva de san Genadio, entre cerezos, y con el Monasterio de San Pedro de Montes.





El silencio que da nombre al valle, solo se ve de vez en cuando quebrado por los trinos de los pájaros o por el apacible discurrir de un pequeño manantial.






El Valle del Silencio es un valle situado a los pies del pico Aquiana, en los montes Aquilanos, en el Bierzo (León).

Se le conoce como la Tebaida leonesa, lejos del mundanal ruido. Desde antiguo, ha estado aislada debido a lo agreste del terreno y las dificultosas vías de comunicación. En ella se establecieron, a partir del siglo IV, numerosos de los primeros ermitaños cristianos que buscaban el retiro para dedicarse a la oración y la meditación.

El nombre "Tebaida" proviene de la comparación con la zona geográfica del Alto Egipto donde, junto con Siria y Capadocia, surgió la tradición cenobítica oriental, y se la debemos a la descripción que el Padre Flórez hizo de El Bierzo en su obra "España Sagrada":
"Ninguno mejor puede competir con la Tebayda y con los más Santos Desiertos de Palestina. La multitud de Santuarios la santidad de Eremitorios, los muchos Anacoretas, los Monges que sobresalieron en victorias del mundo, solo podrá contarlos el que sabe las estrellas del Cielo".

Entrar en este valle, es adentrarnos en un espacio de silencio, donde el tiempo parece haberse detenido para encontrarnos con un paisaje virgen. Antes de comenzar la ruta, se atraviesa el valle del Oza, que sirve de antesala a la maravilla que nos espera. Siempre avanzamos por carreteras llenas de encanto, entre bosques y con el refrescante sonido del río.




 Peñalba de Santiago


Peñalba de Santiago es el pueblo más importante de este valle; una pedanía perteneciente a Ponferrada con tan sólo 21 habitantes, que goza de un emplazamiento sin igual, en plenos Montes Aquilanos.  Fue declarada Bien de Interés Cultural en 2008.

Peñalba fue fundada en torno a una peña, que le otorgó su nombre, por una comunidad de frailes seguidores de san Genadio, un ermitaño que, después de ser obispo de Astorga, se retiró en el siglo X a estas montañas para meditar en silencio.



 Paseo subida a la cueva de san Genadio




Cueva de san Genadio



Según la leyenda, se dice que recibió el nombre de Valle del Silencio, porque san Genadio, meditando en su cueva, oía el murmullo del río y no le dejaba concentrarse. Le dijo: "Cállate", y el río enmudeció hasta convertirse en aguas subterráneas. 
Este santo meditaba largas horas en su cueva natural, uno de los lugares con mejores vistas al valle.




Iglesia Santiago de Peñalba




El pueblo tiene un encanto muy peculiar, con calles empedradas y casas de piedra con tejados de pizarra. En él encontramos la iglesia de Santiago, una joya de estilo mozárabe del siglo X, declarada monumento histórico-artístico en 1931.





 

De lo más impactante es su puerta de acceso, con un doble arco de herradura, sustentado por tres columnas de mármol, y capiteles decorados con motivos vegetales.




Santiago de Peñalba. Capilla oriental




En el interior, se encuentran diversos arcos de herradura, y uno de ellos divide la nave en dos. Aun se conservan restos de pintura mural dentro del templo. La influencia mozárabe se observa en el arco de acceso a esta capilla, la oriental, que simula la entrada al mihrab de una mezquita, recubierto por un alfiz, elemento característico del arte musulmán.
San Genadio fue enterrado en ella, al igual que uno de sus seguidores, Urbano.


Una maravilla.








7 comentarios:

  1. Ahí estaría yo como pez en el agua.

    Besos.

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    1. Es ¡precioso! Sí, creo que te gustaría mucho. Siempre tengo ganas de volver, aunque la carretera me da miedo, es muy, muy estrecha ...

      Un beso, Toro. Estoy recordando el poema, jajaja,... eres muy bueno describiendo, te faltó rancios, para rematarlo, jajaja ...

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  2. Me encantan estas maravillosas y refrescantes estampas de tu tierra.

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    1. Ya sabes que puedes venir cuando quieras. Este valle es muy especial para mí, revivo momentos claves de mi vida: el monasterio de San Pedro de Montes y la cuesta de san Genadio ... es maravilloso recordarlo ...

      Un beso, amiga.

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  3. Precioso valle y preciosa descripción que invita a pasear por calles y valles de esos espléndidos lugares. He estado en León , pero tendré en cuenta tus recomendaciones cuando vuelva.
    Un beso y te seguiré...

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    1. Gracias, Manuela. Si vuelves y te acercas, te encantará.

      Un beso, Manuela. Te visitaré.

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