En su obra fundacional, Mero cristianismo, C.S. Lewis dice lo siguiente: «¿Qué hizo Dios para no dejarnos al albur de Satanás tras la caída original? En primer lugar, nos dejó la conciencia, es decir, el sentido del bien y del mal, y a lo largo de la historia, ha habido personas que han intentado someterse a ella…, pero ninguna consiguió hacerlo del todo. En segundo lugar, Dios nos envió lo que yo denomino “sueños felices”, esto es, extrañas historias esparcidas por todas las religiones paganas acerca de un dios que muere y vuelve a la vida, y que por medio de su muerte ha dado de algún modo nueva vida a los hombres. En tercer lugar, eligió a un pueblo en particular [el judío] y pasó varios siglos metiéndole en la cabeza la clase de Dios que era: que no había otro dios fuera de él y que le interesaba la buena conducta. Pero entonces viene lo más chocante: entre estos judíos aparece de repente un hombre que va por ahí diciendo que él es Dios, que perdona los pecados, que afirma existir desde siempre y que vendrá al final de los tiempos para juzgar el mundo […]. Y todo esto tiene sentido si él es verdaderamente quien dice ser: Dios».
C.S. Lewis, Mero cristianismo, Ediciones Rialp, Madrid 2009, pág. 67
El encuentro con la alegría más profunda | El cristianismo de C. S. Lewis
¿Cómo hemos llegado a esto? La filosofía del hombre moderno
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