Guardaba esta entrada sin publicar desde hace tiempo, la realicé cuando murió mi padre, su muerte me dejó mucha paz, inmensa paz. Hoy, es el día justo para publicarla, solo en nuestro interior, sin ruidos exteriores, sin nada más, sentimos que estamos en Casa, que Dios está a nuestro lado; mi padre me hizo sentir serenamente que se iba a Casa, y me dejó una paz inmensa, permanece.
Que Dios nos ayude a vivir y a morir sintiendo que Él es nuestra verdadera Casa...
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