"...Y allí arriba, en la soledad de la cumbre, entre los enhiestos y duros peñascos, un silencio divino, un silencio recreador..." (Miguel de Unamuno)


jueves, 18 de junio de 2015

Vanidad de vanidades ...





 
Y acuérdate de tu Creador
en los días de tu juventud,
antes que vengan los días malos
y que lleguen los años de los que dirás:
"No encuentro placer en ellos";
antes que se oscurezca el sol
y la luz, la luna y las estrellas,
y vuelvan las nubes después de la lluvia;
cuando tiemblen los guardianes de la casa
y se encorven los hombres fuertes
y cesen de moler las mujeres
porque son demasiado pocas
y se oscurezcan las que miran
por las ventanas,
y se cierren las puertas a la calle,
y se debilite el rumor del molino
y se calle la voz del ave
y desaparezcan las canciones;
cuando en las alturas haya temores
y en los caminos angustias;
y florezca el almendro,
y se haga pesada la langosta
y no tenga efecto la alcaparra,
porque el hombre se va a su morada de eternidad;
y las plañideras recorran la calle;
antes que se rompa el cordón de plata
y se quiebre la lámpara de oro,
y se haga pedazos el cántaro en la fuente,
y se rompa la polea del pozo,
y que el polvo se torne a la tierra
como era antes,
y que el espíritu se torne a Dios,
que le ha dado.
Vanidad de vanidades, dice el Cohelet,
y todo es vanidad.
 
Eclesiastés: Capítulo 12

   
 

2 comentarios:

  1. Los días malos hace bastante que llegaron.
    Y se han quedado.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, Toro, pero cada época tiene sus dificultades, y lo malo puede servir para limpiar, para resurgir con mayor claridad. Creo que no debemos perder la esperanza. No estamos solos, nunca estamos solos ...
      No te preocupes ¿vale?, tú confía ...

      Un beso y que tengas un feliz y tranquilo fin de semana.

      Eliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.