"...Y allí arriba, en la soledad de la cumbre, entre los enhiestos y duros peñascos, un silencio divino, un silencio recreador..." (Miguel de Unamuno)


jueves, 31 de diciembre de 2015

Feliz Año Nuevo




Art Land



 Mezclo en este Año Nuevo memoria e ilusión, como en estos tres versos luminosos:

¡Ah! ¡Ser como
un niño
el día de Año Nuevo…!

Issa






¡Muy feliz Año Nuevo!!!




martes, 29 de diciembre de 2015

El Ramo Leonés

 
 
 

 


En las ciudades, pueblos y hogares españoles se ha ido imponiendo la utilización del llamado árbol de Navidad, desplazando o restando importancia al tradicional belén. El primero es una costumbre totalmente ajena a nuestras tradiciones.
En León existe una tradición que es incluso anterior al belén; se trata del Ramo Leonés de Navidad, cuyo uso estaba a punto de desaparecer, pero que últimamente ha recobrado protagonismo, volviendo de nuevo a ocupar su lugar en las Iglesias y en la ciudad, pueblos y hogares, y desplazando  al foráneo árbol de navidad.
 
 
 
 
El Ramo Leonés de Navidad tiene su origen en la costumbre precristiana de utilizar la rama de un árbol para las distintas celebraciones; algunos investigadores señalan que tal uso es incluso de raíz prerromana, propia de los pueblos astures (Asturias, León y Zamora) y su culto a los árboles. Tal costumbre se acabó cristianizando a través de las pastoradas, que se representaban en los atrios de las Iglesias. Del empleo de una rama de árbol, evolucionó a un armazón de madera, siendo el más típico el de forma triangular, seguramente por influencia del tenebrario existente en los templos de las parroquias, donde inicialmente se colocaban, pero también existen de otras formas como semicircular, cola de pavo, rastro, cuadrada, según la zona, pueblo o comarca.






Aquí se colocan 12 velas que representan los 12 meses del año, y se cuelgan diferentes ofrendas, desde la fruta de la temporada, como manzanas, o dulces, que suelen ser rosquillas, además de lazos, bordados, hilos de lana, puntillas, etc …
Todo esto se llama “vestir al Ramo”. En el centro se sitúan ramas de hoja perenne de la zona, como acebo, tejo, laurel o hiedra, y todo de manera muy colorida y vistosa. Al pie suele colocarse una cesta con ofrendas, normalmente castañas y nueces.

Se colocaba en las iglesias y era una ofrenda a la Virgen que se acompañaba de cantos, celebrando el nacimiento de Jesús; se ofrecía durante la Misa de Gallo. En los hogares, además de los adornos, se incluían los regalos familiares de modo similar a como se hace con las “cuelgas de cumpleaños” (otra costumbre de León).

El Ramu de Nadal o Ramo de Navidad en su versión religiosa, se ofrecía y cantaba al finalizar la Misa de Gallo. Los mozos portaban el Ramo mientras las mozas a su alrededor cantaban los versos propios de su pueblo.






Miguel Manzano ha recopilado en la provincia de León, 35 melodías diferentes de Ramo de Navidad, en otros tantos pueblos. Estos cánticos tienen reminiscencias de música gregoriana, medieval y de tonalidades locales.

La celebración y ofrenda, según ha recogido Alonso Ponga, se componía de ocho partes:

1.- Versos de petición de licencia y permiso para entrar en el templo.
2.- Alusión a la toma de agua bendita, para pasar a la iglesia.
3.- Entrada en el templo recitando estrofas y cánticos.
4.- Narración de escenas evangélicas. Van desde la Anunciación a la adoración de los pastores.
5.- Ofrenda del Ramo.
6.- Petición al mayordomo para que lo coloque en el altar.
7.- Petición del aguinaldo al sacerdote y alcalde para el próximo día de los Reyes.
8.- Despedida y felicitación de las Fiestas a los vecinos y autoridades deseando verse el próximo año en la misma fecha.

Además, en algunos pueblos, se cantaban los “dichos” o sátiras sobre acontecimientos ocurridos en el pueblo.
 
 
 
 

domingo, 27 de diciembre de 2015

Arcoíris de noviembre




Cuando el arcoíris se ve,
 o ha llovido, o va a llover.


Visto en la zona de Llanos de Alba-La Robla (León).
Noviembre 2015.



El arcoíris es poesía.


Llega otra vez noviembre, que es el mes que más quiero
porque sé su secreto, porque me da más vida.
La calidad de su vida, que es su canción,
casi revelación,
y sus mañanas tan remediadoras,
su ternura codiciosa,
su entrañable soledad.
Y encontrar una calle en una boca,
una casa en un cuerpo mientras, tan caducas,
con esa melodía de la ambición perdida,
caen las castañas y las telarañas.

Estas castañas, de ocre amarillento,
seguras, entreabiertas, dándome libertad
junto al temblor en sombra de su cáscara.
Las telarañas, con su geometría
tan cautelosa y pegajosa, y
también con su silencio,
con su palpitación oscura
como la del coral o la más tierna
de la esponja, o la de la piña
abierta,
o la del corazón cuando late sin tiranía, cuando
resucita y se limpia.
Tras tanto tiempo sin amor, esta mañana
qué salvadora. Qué
luz tan íntima. Me entra y me da música
sin pausas
en el momento mismo en que te amo,
en que me entrego a ti con alegría,
trémulamente e impacientemente,
sin mirar a esa puerta donde llama el adiós.

Llegó otra vez noviembre. Lejos quedan los días
de los pequeños sueños, de los besos marchitos.
Tú eres el mes que quiero. Que no me deje a oscuras
tu codiciosa luz olvidadiza y cárdena
mientras llega el invierno.

Claudio Rodríguez.
Noviembre, de  “El vuelo de la celebración”





miércoles, 23 de diciembre de 2015

Aire de Navidad




Joseph Brickey: Natividad.



En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

 (Juan 1, 4)





¡Feliz Navidad!






lunes, 14 de diciembre de 2015

Canción del agua viva





Canción del agua viva
"...Aquella eterna fonte"
(San Juan de la Cruz)
Mi amor se desnudaba
a la orilla del agua,
a la orilla del cielo,
junto a la fuente clara.
¡La fuente de agua viva
secreta en la montaña!
—Mi amor se desnudaba
a la orilla del agua.

Dejó las limpias prendas
sobre las verdes ramas,
y deshojó las flores
que tejiera en guirnaldas.
Se olvidó de los pájaros
que en la umbría cantaban,
del rumor de las frondas,
del beso de las auras,
y en su puro desnudo
se contempló en las aguas.

—En su desnudo puro
junto a la fuente clara.

Su imagen intangible
de luminosa gracia,
vio esfumarse, fundirse,
entre la viva plata
de aquella eterna fuente
secreta en la montaña.

—Mi amor se reflejaba
en las ondas de plata.

Dejó mi amor la orilla
y se perdió en las aguas.
En su eterna corriente
murmura, fluye, canta,
onda entre vivas ondas,
luz entre luces altas,
¡cielo mismo en el cielo
que las aguas arrastran!

—Dejó mi amor la orilla
y en la corriente canta.

¡Oh fuente de agua viva
que en lo escondido mana!

—No volvió a la ribera,
que su amor era el agua.



sábado, 12 de diciembre de 2015

Se va el otoño ...






El fecundo otoño, la época de los frutos sazonados, tiene fama de triste. Es una fama propagada por poetas llorones que no han pasado por el campo cuando los árboles empiezan a amarillear.
El otoño da casi siempre la impresión de realidad, de plenitud, de vida; la primavera, en cambio, es más melancólica. El otoño es alegre porque ante la naturaleza que parece morir, el hombre se siente fuerte; la primavera es triste porque es la decoración espléndida en donde el hombre no puede poner casi nunca su acción.
El día de mayo es magnífico: el sol brilla, las praderas ríen, la naturaleza es grande, indiferente, se ha rejuvenecido con las misma fuerza de la primavera pasada, pero el hombre se encuentra pequeño y triste porque siente su insignificancia, ve que no se remueva como el árbol, ni como el arroyo, ni como la nieve del monte, y que lo que muere en él no vuelve a brotar jamás.
No, el otoño no es triste. En sus días el cielo se muestra suave y vario, amable y versátil; el sol amarillo dora las rojizas copas de los árboles, y las hojas secas crujen bajo los pies alegremente. 

Pío Baroja ( 1872-1956 )



Qué pronto se va el otoño, qué rápido pasa ...






miércoles, 9 de diciembre de 2015

Lluvia







El agua de lluvia es inocente y pura.
Aunque llueva durante un día nada más,
bajan crecidos los arroyos de las cañadas que ayer estaban secas.

El difunto Kim Kwang-Sik
decía que los hombres tienden a vivir en las riberas de los ríos,
viéndolo bien, es una gran verdad.

¿Por qué habrá tantos árboles en las orillas de los ríos?
No es porque busquen el agua,
sino porque de verdad aman el ambiente melancólico de las riberas.

Chon Sanbyong