Árbol sagrado para los druidas, se asocia a la longevidad. El druidismo consideraba la naturaleza como un ente divino y sagrado en su totalidad, y los árboles, en gran medida, eran representaciones espirituales de ella. Escogieron 21 de estos árboles para denominarlos sagrados, y los relacionaron con ciertos periodos del año.
Además, los árboles representaban la cosmovisión íntegra del druidismo, sobre todo en su imaginario del universo. Creían que éste estaba conformado por tres planos: el real, representado por el tronco; el segundo plano, mundo de la abstracción o de los sueños, también conocido como inframundo, representado por las raíces, y por último, el tercer plano o supramundo, las ramas que acarician el cielo.
Los 21 árboles sagrados son: abeto, olmo, ciprés, álamo, cedro, pino, sauce llorón, árbol de limas, roble, árbol de avellanas, árbol Rowan o serbal, arce, el nogal , árbol de castañas, árbol de cenizas o fresno, árbol Hornbeam o carpe, higuera, abedul, manzano, olivo y haya.
Con ellos se conforma el calendario celta.